Lucernario

Esta obra parte de la idea de vincular la representación gráfica de un plano arquitectónico con la música y su expresión escrita. Surge de la idea de integrar la expresión sonora y visual a través de la interpretación de un plano arquitectónico realizado por Max Colorado en 2018. Esta pieza es una exploración audiovisual concebida para un improvisador que interactúe de manera directa con la electroacústica, compuesta por sonidos concretos procesados digitalmente. La parte electroacústica fue compuesta de manera simultánea con el video. A través de la sonoridad de la electroacústica y la improvisación, en correspondencia con la parte visual, la obra invita a la contemplación de uno mismo y su entorno. La relación entre las partes crea un diálogo que genera la integración de todos los elementos en un mismo discurso. De esta manera, la obra busca una oportunidad de conexión entre el interior y el exterior por medio de la luz, el espacio, el sonido y el silencio.